Relatos Absurdos

La Gran Recesión I: Explicaciones populares de la crisis

18 de Marzo, 2022

En los años de la Gran Depresión que comenzó en el año 29, era difícil entender lo que estaba ocurriendo. Los economistas de la época no se asustaron y trataron de explicar lo que sucedía conforme iban encontrando información y generando ideas nuevas.

Las explicaciones macroeconómicas que crearon (especialmente por John Maynard Keynes), fueron aceptadas por la comunidad de economistas, e incluso pasaron a la cultura popular. El consenso económico empezó a cambiar lentamente cuando Milton Friedman y Anna Schwartz publicaron A Monetary History of the United States en 1963. Dicho libro presentaba una historia diferente de lo ocurrido 30 años antes.

Los argumentos que presentaron fueron tan convincentes que casi todos los economistas aceptaron las conclusiones de Friedman y Schwartz (tras mucho debate eso sí), sus ideas llegaron a influir en las políticas de la Fed (y el resto de bancos centrales) y contribuyeron a acabar con la estanflación de los 70.

Como recompensa por este trabajo Friedman recibió el premio Nobel de economía en 1976. Desgraciadamente sus ideas y su explicación de la Gran Depresión apenas calaron en la sociedad que sigue contando una historia errónea de lo que ocurrió.

El libro Libro: The Money Illusion nace con el objetivo parecido de revisar lo ocurrido durante la Gran Recesión de 2007-2009. En España es más conocida como la crisis económica, y en Europa se alargó más allá de 2009.

Scott Sumner nos cuenta la historia de cómo los economistas se olvidaron un poco de las lecciones de Friedman y Schwartz (la misma Schwartz se alejó de sus propias teorías durante la Gran Recesión, errando en varias predicciones), y utilizaron teorías e ideas erróneas para explicar lo que ocurrió durante la crisis.

Dichas teorías equivocadas siguen siendo populares entre economistas hoy en día, y aún más entre el público general. Sumner explica en su libro su teoría alternativa, la teoría monetarista de mercado, que está basada en la teoría de Friedman, yendo más allá, y cuenta cómo percibió él lo ocurrido durante la crisis.

Su intención es convencer a otros economistas, y quizás incluso al resto del público. Pero su audiencia principal son economistas y estudiantes de economía, especialmente los que quieran acabar trabajando en los bancos centrales.

Con esta serie de artículos intento presentar la historia de lo ocurrido según el libro y las ideas que más me han llamado la atención, mezcladas con mis propias reflexiones. Aquí presento versiones simplificadas de todo, pero el libro es muy detallado, bien argumentado, y bien referenciado, así que los errores que puede haber aquí son todos míos.


Desde los tiempos de la crisis, he oído muchas versiones y explicaciones de lo que ocurrió. Lo cual me vino estupendamente para aprender sobre teoría económica, y ser un poco más sabio. Aquí cuento muy por encima dos de estas historias en el orden en el que aprendí sobre ellas.

En medio de toda la hecatombe, cuando el paro no paraba de subir y parecía el final del sistema económico dominante, la historia que circulaba sobre qué estaba ocurriendo era muy similar a la que sigue en la mente de casi todo el mundo.

Los excesos del capitalismo, su inestabilidad inherente, las ganas de ganar dinero a toda costa, causaron una burbuja especulativa en el precio de la vivienda. Este precio se disparaba, atrayendo a más gente para invertir, más construcciones, más constructoras, y más albañiles. Todo parecía que iba bien hasta que un día la burbuja explotó.

Nadie explica muy bien cómo ni por qué, pero al mundo le entró una gran dosis de realidad que hizo que los precios de la vivienda cayeran. De repente las hipotecas estaban sobrevaloradas, la gente empezaba a no poder pagarlas, los bancos empezaron a perder dinero.

Estados Unidos quiso echar una mano a los bancos para que no hubiera debacle, pero dejó que uno cayera para dar ejemplo. Lehman Brothers no se salvó y quebró. Esto provocó a su vez una debacle, y bancos por todo el mundo empezaban a estar cerca de la quiebra.

Los gobiernos se vieron forzados a rescatarlos, aumentando su deuda, y a tomar medidas austeras. Esta austeridad empeoró la situación de las personas, alargando la crisis durante años.

Y los excesos del capitalismo los acabamos pagando entre todos.

A esta historia popular le acompaña una explicación keynesiana de lo ocurrido. Los keynesianos (que son con diferencia la escuela más popular en economía) dicen que la incertidumbre causada por la inestabilidad hizo que la gente disminuyera su gasto. El gasto es lo que determina el crecimiento para los keynesianos de modo que la reducción del gasto supuso la recesión.

El error cometido fue que los gobiernos en lugar de contrarrestar esta disminución en el gasto privado aumentando el gasto público, tomaron medidas austeras exacerbando aún más el problema.


Así era la historia como yo la conocía, y creo que aún sigue siendo la historia que mucha gente cree, con pequeños cambios en los detalles.

Con el tiempo fui mejorando mi propia cultura económica, ya que siempre ha sido un interés personal, y fui encontrando cosas de la historia que no me terminaban de convencer.

Para empezar, ¿qué provocó la burbuja inmobiliaria? ¿Por qué los precios de la vivienda crecieron sin medida, mientras se construía como locos? ¿Por qué empezaron a caer, y se fue todo al garete?

Al final encontré otra historia que daba cuenta de estos sucesos, con una perspectiva diferente del asunto. Era más o menos así:

El precio de la vivienda subiendo parecía indicar que la demanda de vivienda había aumentado. Los empresarios viendo la oportunidad, se pusieron manos a la obra a construir, ganando dinero, y supliendo la demanda. Pero todo era mentira porque la demanda no había aumentado.

Lo que había ocurrido es que ciertas políticas mal diseñadas habían disparado artificialmente el dinero disponible en la construcción. En Estados Unidos, rebajas fiscales a la construcción, aseguradoras públicas cubriendo hipotecas basura, y rescates bancarios desde los 90, llevaron a malas inversiones. Dado que los bancos no temían tener que pagar sus errores porque serían rescatados se dedicaron a las malas inversiones.

En España similarmente las cajas de ahorro se metieron a financiar todo tipo de construcciones sin mirar el riesgo: obras públicas, hipotecas basura. Todo valía porque recibían inyecciones de dinero en el sistema, y todos creían que no iban a dejar caer las cajas con los ahorros de la gente.

Pero al final la realidad no perdona. La gente empezó a darse cuenta que la inflación del precio de la vivienda es artificial y no basado en una demanda real, y deja de invertir en vivienda, los precios caen y se descubren todas las malas inversiones de la fiesta. Algunos bancos son rescatados, pero otros no, lo que deja aún más a la vista las malas inversiones.

Según esta historia la caída no fue más que una vuelta a la sensatez. Una vuelta al crecimiento previo no inflado por el dinero público, y por supuesto el problema fue pasar de creer que las cosas iban mejor de lo que iban a la realidad.

Los excesos de los gobiernos los acabamos pagando entre todos.

A esta historia también le acompaña una explicación austriaca de lo ocurrido (la escuela austriaca es mucho menos popular entre los economistas). La solución era pues más austeridad, no rescatar a los bancos, y dejar que volviéramos a la senda del crecimiento sin inflarlo artificialmente. Según ellos el error no ocurrió durante la crisis, sino mucho antes, con los continuos rescates bancarios de los 90, y las intervenciones públicas para subvencionar las hipotecas basura.


Esa era más o menos la segunda historia que escuché. Y dado mi conocimiento en el momento me empezó a parecer más plausible que la anterior. Claro que quizás sólo intentaba sentirme superior teniendo una teoría alternativa a la del resto del mundo.

Ambas historias son creíbles, y parecen explicar lo sucedido. Y como suele ser el caso ambas historias tienen partes correctas, y partes incorrectas. Pero ambas dejan un montón de cabos sueltos.

Por ejemplo, ¿cómo pudieron los bancos ser engañados durante años por el gobierno? ¿No deberían los bancos contar con que el gobierno puede cambiar de idea en cualquier momento? En cuyo caso habrían ajustado su nivel de riesgo, y no habría inversiones malas.

Scott Sumner presenta una historia alternativa más, que en mi opinión concuerda mejor con los hechos. Ya de paso aprendí algunas cosas que no sabía al respecto.

Pero esa historia la dejo para la próxima entrada.