Relatos Absurdos

¿Qué quiero hacer?

27 de Noviembre, 2020

Esta historia está inspirada en los tweets de Lulie @reasonisfun. Muy recomendable.


Es una pregunta difícil.

No hay un yo claramente definido que quiera hacer nada.

Estoy compuesto de diferentes partes, diferentes ideas, que desean cosas diferentes, y sólo tengo acceso parcial a esos deseos.

Los más fáciles de notar son las partes de mi que aparecen explícitas en mi cabeza: Quiero aprender un lenguaje nuevo, quiero escribir un relato, quiero tener la casa limpia…

Cuando nos preguntamos “¿qué queremos hacer?” respondemos de forma explícita. Pero a la vez no nos ponemos a hacerlo. ¿De dónde surge ese conflicto?

Creo que es porque la pregunta ¿qué queremos hacer? es errónea.

O mejor dicho la pregunta no es errónea, pero la respuesta que esperamos es errónea. Cuando formulamos esa pregunta sólo consideraremos partes explícitas, como deseos de ser diferente, o llegar a algún lado. Mientras que nuestros deseos inexplícitos son ignorados, nuestros gustos inexplícitos. Nuestras emociones.

Y entonces notamos resistencia a hacer lo que, supuestamente, queremos hacer. Esta resistencia es una señal de que la respuesta no era la correcta. Has confundido una parte de tu yo pensante, que es el que has escuchado responder, con todo tu ser.

Supongo que la forma de averiguar lo que queremos hacer no es respondiendo a la pregunta, sino experimentando con posibles alternativas. No hay una respuesta correcta. Se trata de un diálogo en el que hay propuestas, conjeturas, y emociones que nos guían para decidir si continuar o no.

Es un estado mental en el que sabes que en cualquier momento puedes cambiar lo que estás haciendo y empezar algo nuevo. Y si lo nuevo es más divertido entonces seguir con ello. Y si es menos divertido volver a lo que hacías antes o hacer otra cosa distinta.

Y a menos que estés divirtiéndote con lo que haces, deberías de estar abierto a hacer algo distinto, y probarlo. Buscar el subidón de diversión continuo.

En definitiva, no obligarse a aceptar una solución con fuerza de voluntad, sino encontrar soluciones nuevas y probarlas. Hasta encontrarte haciendo algo que desean todas las partes de ti.